Había una vez una E. coli.
Era una bacteria, que estaba cansada de vivir en el intestino de Ana, con todas sus hermanas, primos, madre, etc. Así pues, el día que llego al intestino la bacteria Salmonella enterica que había viajado encima del caparazón de una tortuga por tantos lugares, se enamoro de ella.
Ese día, E. coli supo lo que tenía que hacer. Debía escapar con Salmonella, la cual se enamoro de E.coli también, y juntas montaron su plan de fuga: una gastroenteritis.
Así, juntas, consiguieron ambas escapar, por la puerta de atrás. Consiguiendo así, viajar y ver mundo juntas.