Era mayor y se sentía enferma, eso la entristecía porque nadie averiguaba qué le pasaba, vejez y depresión… decían. Era mayor, pero no se daba por vencida y ese espíritu que nunca le había permitido rendirse, ahora tampoco, ¡no estaba deprimida!. Una casualidad cruzó su camino con LA MICROBIOTA. ¿Qué era aquello?. Se maravilló leyendo que en su barriga había millones de bichillos que aseguraban la salud. ¿Y si ellos eran la causa de su malestar?. Buscó ayuda, encontró respuestas y la solución a su dolor. Su infatigable energía fue de nuevo su mejor tesoro, se sentía vital y feliz.