Érase una vez, una bacteria llamada Beca que se sentía sola. Aunque estaba rodeada de muchas amigas y hermanas, ella sentía un vacío. Quería sentirse la mitad de otro alguien. Ese sentimiento creció tanto en ella, que su ADN comenzó a cambiar a ser más compacto hasta que consiguió, irse haciendo una cintura delgada... que acabo dándole una bipartición. Así, fue como tuvo a su hermana Bacila.